En el año 754 d.C. Europa del Norte se encuentra dividida. Por un lado,
está el grupo formado por los frisones, los sajones y los daneses. El
otro lado está ocupado por los francos. Los últimos pretenden realizar
aquello que los romanos no pudieron: conquistar toda Europa mediante su
nueva arma, el cristianismo. Su primer objetivo es apoderarse del mayor
centro de comercio de Europa gobernado por el rey frisón Aldegisel.