La recepción del Día de la Independencia de Finlandia se interrumpe
bruscamente cuando el palacio presidencial es atacado y los líderes del
estado son tomados como rehenes. Max Tanner, de la Policía de Seguridad,
es designado como negociador en la crisis de los rehenes, que se
desarrolla como parte de un plan mayor para socavar la seguridad
europea.