Después de cuatro años en prisión, Olya decide empezar de nuevo. Y antes
que nada quiere recuperar a su hija de diez años. Sin embargo, la
autoritaria abuela no dejará que su nieto se vaya sin pelear. El
conflicto familiar rápidamente se sale de control y se convierte en una
persecución salvaje. Y definitivamente no terminará bien para todos.