Tras meses de agotadora guerra de trincheras, la mayor parte del
batallón del comandante Belyaev fue destruida. La zona está dominada por
francotiradores ases alemanes. La esperanza de reabastecimiento se
derrumba cuando el convoy, en el que viajaban los francotiradores
soviéticos, cae bajo un ataque aéreo alemán. Sobreviven un puñado de
soldados y un joven cazador de Yakutia, Yegor Cheerin.